De todos los componentes de la Penya es probablemente el único que ha corrido la Vuelta a España. Bueno, por lo menos unos kilómetros… Y es que ahí donde ahora le véis, a Bravo, cuando era muy joven, no se le ocurrió otra cosa que aprovechar que la Vuelta pasaba cerca de su casa en Sabadell para engancharse con su bici al pelotón. Su aventura duró lo que tardó un policia en darle el alto, privando seguramente al gran público de contemplar como un espontáneo se jugaba la victoria con los gallos de la época.
Se inició en 1974, en las filas de la Unió Ciclista Sabadell. Pasaron los años, Bravo se casó y se vino a vivir a Terrassa, donde se enroló en la Egara, donde se ha convertido en uno de sus pilares, además de ganador de dos Challenges (2001 y 2011). Allí nuestro protagonista, que cuenta en la actualidad con 54 años, es uno de los referentes, prácticamente sin puntos flacos: sube bien, esprinta bien, rueda bien…
Seguidor de Eddy Merckx, no se corta al afirmar que su plato favorito se compone de huevos fritos con patatas, aunque tampoco olvida un buen potaje de garbanzos. Además de la bicicleta destacan sus múltiples y dispares aficiones, entre las que cabría destacar los cómics, la ciencia ficción en general y particularmente Star Trek, el western, la historia en general y especialmente la antigua Roma y la evolución humana, el ajedrez, el senderismo, las series de tv de los 60 y 70, también la música de esa época…
En el plano de las dos ruedas afirma que tan sólo le quedan por cumplir el anhelo de subir algunos puertos míticos de los Pirineos y los Alpes. Mientras llega ese momento, los miembros de la Penya siguen disfrutando cada domingo de su compañía.
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