Demetrio

Tímido, buena gente, entrañable... con estos calificativos pocos podrían imaginar que nos encontramos ante uno de los "cocos"de la peña, uno de los que siempre que puede no pierde oportunidad para estar entre los mejores y al que no pesan los años. Y es que el bueno de Demetrio, con 57 primaveras ya en las piernas, es todo un referente dentro del grupo, por constacia y por palmarés. Decir de él que ha ganado 7 de las diez últimas Challenge, y que el premio de la montaña debería llevar su nombre, pues lleva conquistándolo ininterrumpidamente desde el año 2001.

Pero Demetrio es mucho más que victorias y récords difíciles de batir. Con su delgada figura y su escaso peso recuerda a uno de aquellos profesionales de hace años, aquellos que destrozaban las carreras en el primer repechón. Desde que se aficionase a la bicicleta con una regalada cuando acabó el servicio militar no ha abandonado este deporte, haciendo de él su gran pasión. No tiene reparos en admitir que cuando más disfruta es cuando más sufre y que su sueño es poder seguir dando pedales muchos años más. Pese a su aspecto, reconoce que le van todos los platos en la mesa, aunque para la bicicleta se decanta por el pequeño.

De conversación agradable, como no podía ser de otra manera es el protagonista de muchas de las anécdotas más sanas y divertidas de la Peña, como sus problemillas con los pitidos del pulsómetro, su afán a monopolizar los servicios de los restaurantes o su poca predisposición a depilarse las piernas.

Situaciones que se han convertido en rasgos identificativos de una de aquellas personas que debería existir en cualquier grupo y que si no, habría que crearla. Afortunadamente en la Egara le tenemos a él, y comprobando su estado de forma, por muchos años.